las palabras se pudren,
o mi alma se pudre en esta espera.
¿Acaso podré salir desnuda a tu encuentro,
o entregarme a la noche exagerada
solo por tener tu aliento?.
En mi rostro hay una pérfida serenidad
como una soga anudando mi cuello.
Este silencio se vuelve un rumor cavernoso
de tétricos abismos,
tiene visiones dolientes
y sangre que hierve.
¡Calma con tu voz mis pesadillas
devela mis ansias secretas
y que sublime se vuelva esta noche trémula.!
Tu voz me besa, me estrecha con brazos
llega a mi cuerpo febril,
al cielo trastorna su espectral armonía,
y en tu reclamada boca mi demencia agoniza.
Morte
.......
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