Desvariando...

Aunque mis pretenciones se alejan un poco de lo concreto, siento necesidad de exteriorizarme, aún no teniendo claro el qué o cómo lo debería decir con exactitud, porque ni siquiera yo misma lo comprendo del todo.
Me impacienta sentirme extraña, llena de absurdos, reclamar motivos y no hallar nada. Me agota tener que contener insistentemente mis pensamientos, porque estos se tornen cada vez más deprimentes; solapar la mirada para evitar preguntas incautas... Me agota enfrentarme a lo que soy en realidad, porque esa realidad me resulta repugnante... resistirme a ella en cada cosa que hago a diario es un arduo trabajo... Y ya nosé si quisiera seguir aparentando más.
Lo que antes fuera la razón de mi inusitada fortaleza, ahora me deja vencida, pero aún fragilmente aferrada a un atisbo de luz... No convencida de manera absoluta a volver a esa vertiente, (a la que quizás debería estar habituada).
He vuelto a lo que pensé sepultado por largo tiempo, nosé de que modo las circunstancias me arrastraron a este, llamemósle agobio... Lo más probable es que el desafiar mi susceptibilidad en un entorno, que a veces se hace hostil, me haya pasado la cuenta. ¿Creer que podría transformar mi carácter?... Fue una idea nada más, no tenía como ser un hecho perdurable.
Lo único diferente esta vez, al tener que nuevamente enfrentarme a mis demonios, es ese escaso orgullo que me queda, la negación de verme reducida a la mujer que fui alguna vez y a la que hoy desprecio, una marioneta...