La victoire et la nuit, plus cruelles que nous...
Racine
Penetro al fin en ti,
mujer desmantelada
que —al terminar el sitio—
ya sólo custodiaban
monótonos tambores
y trémulas estatuas.
Penetro en ti, por fin.
Y, entre la luz delgada
que filtran, por momentos,
estrellas y palabras,
encuentro a cada paso
que doy sobre los fríos
peldaños que conducen
al centro de tu alma
—un cuerpo junto a otro—
cien horas degolladas.
Me inclino... Una por una
las reconozco, a tientas.
Contra una jaula exacta
en ésta, oscuramente,
un ruiseñor estuvo
rompiéndose las alas.
En ésa... No sé ya
lo que en esa existencia
apolillada y blanda
moría o principiaba:
esquivas formas truncas,
presencias instantáneas,
deseos incompletos,
dichas decapitadas.
Y pienso: en mí, vencido
y sobre ti, violada,
¿quién izará banderas
ni colgará guirnaldas?
Mujer, fantasmas eran
tus centinelas mudos;
relámpagos de níquel
sus pálidas espadas;
pero las sordas huestes
con que te rodearan
la noche y mis preguntas
también eran fantasmas,
y las furias que bajan
ahora, hacia la muerte,
rodando por los bruscos
peldaños de tu alma,
ceniza solamente
serán en cuanto calles:
ceniza, polvo y sombra,
fantasma de fantasmas...
Jaime Torres Bodet
de soles inexistentes
Morte
Fantasticas letras... ya hay otra fan mas de Torres... ¡YO!
ResponderEliminarTe visito, porque me encanta tu blog!!!! no sabe tu, es fantastico!!!!!
ResponderEliminarhttp://hamletssuicide.blogspot.com/
ResponderEliminarGracias