Retorno

Desde este silencio rotundo, profanado a veces por fragores sordos que se amontonan todos en un solo estruendo, lejanos, muy lejanos. Desde este reducto en el que me abstraigo como una criatura ajena. Desde una soledad que va y viene, a la que me acostumbro y desacostumbro con tanta simplicidad. Desde aquí, con la bondadosa belleza de las palabras, quisiera detenerme unos minutos antes de continuar. Quizás mi ausencia sea un hecho imperceptible para muchos que apenas conozco, que apenas me conocen... Pero bastante cierta. Y en lugar de retomar como si nada y volverme a extasiar en el delirio de los poetas, dejo de manifiesto la distancia de tantos días en la que me vi sin poder decidir... tan solo espiando de lejos. Muchas veces con ansias no solo de espiar, sino que de poder adentrarme profundamente en estas obscuridades mías, y naufragar como quien una noche se sumerge al mar.
Pero todo cuanto ansié me fue prohibido por aquella distancia, a la que nosé como denominar, ya que por un lado resulta detestable y por otro una inigualable oportunidad. Tiene de ambas claro, pero a veces tiene más de detestable y asfixiante.

Lo rescatable del asunto, es que durante este tiempo ocurrieron una serie de situaciones tanto favorables como adversas, en las que sufrimos y pudimos finalmente respirar aliviados, e incluso reir después. Todo pasó tan rapidamente que aún hay algunos que no terminan de convencerse. En cambio mi propia convicción fue tan sólida que se mantuvo desde el principio, cosa que me extraña, pero con certeza asi fue. Por alguna razón sabía que todo lo que pasó, y que más de alguna lágrima hizo derramar en otros rostros, se compondría y las cosas tomarían su apacible rumbo habitual. Quien padeció días y noches de silencio y soledad, de incertidumbre, de enfermedad, hoy dia se ve liberada para caminar entre la gente.
Ahora, luego de eso, retorno a mis noches ansiadas de profusas lujurias, de carnes desnudas y laceradas.